Kicillof insiste en que sus pares apoyen la propuesta para reemplazar los planes sociales, lo que duplicará el gasto mensual del Gobierno nacional en ese sector.
Tras las críticas de la vicepresidenta, Cristina Kirchner, a la administración de los planes sociales, diputados y gobernadores oficialistas, bajo la comandancia de Axel Kicillof, reclamaron que se trate en la Cámara baja, de manera prioritaria la iniciativa que busca favorecer a cerca de 9 millones de personas.
El proyecto de Salario Básico Universal, también cuenta con el aval del ministro de Desarrollo Social de la Nación, Juan Zabaleta y de referentes de las distintas fuerzas políticas y sociales que se aglutinan en el Frente de Todos.
A pesar del fuerte impulso que el oficialismo pretende darle a la medida, hasta hace unos días, antes de que la titular del Senado cuestionara la administración de los planes sociales y pidiera que dejen de estar “tercerizados”, la propuesta estaba archivada en la Cámara baja.
Ahora, Kicillof aseguró, junto a sus pares de la “liga de gobernadores”, que el Salario Básico Universal podría llegar a unas 7,5 millones de personas y convivir con la Asignación Universal por Hijo, aunque sí reemplazaría a los planes sociales. Es decir, habría más beneficiados, pero con menos plata.
Dentro de esta “Liga” hay mandatarios provinciales que comulgan con el proyecto político de la coalición gobernante y otros, que si bien acompañan, buscan mantener distancia del presidente Alberto Fernández y tampoco tienen línea directa con la vicepresidenta.
A pesar de que el proyecto debe ser tratado en el Congreso y aprobado, fuentes cercanas al gabinete, sostienen que ya está el “no” del ministro de Economía, Martín Guzmán, ya que de concretarse, el Salario Básico Universal implicaría un gasto mensual de 100 mil millones de pesos para el Estado, algo que el funcionario no puede permitirse en medio de las exigencias del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.