El ex ministro de Economía de la alianza vuelve al poder, esta vez, de la mano de la presidenta del Pro, quien ya se instala como precandidata a la presidencia.
En medio de una feroz interna en la principal fuerza opositora al kirchnerismo, Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich, María Eugenia Vidal, Mauricio Macri, Alfredo Cornejo y Gerardo Morales, buscan su lugar en un complejo camino hacia la presidencia.
Mientras Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich dirimen el frente del PRO y potencian sus campañas, María Eugenia Vidal dio comienzo a su candidatura.
Y de cara a la competencia con Larreta, la presidenta del PRO se acercó al diputado radical Facundo Manes, con quien mantuvo una reunión clave en Mendoza. Bullrich y Manes se sacaron una foto juntos en la Fiesta de la Vendimia. Pero no es el dato más llamativo de la mujer clave de la oposición.
No obstante, Bullrich no se queda quieta y mantiene reuniones con reconocidos referentes, entre ellos, el ex ministro de Economía Domingo Felipe Cavallo. La ex ministra de Seguridad lo consulta periódicamente al ex titular de la cartera económica de los gobiernos de Menem y De la Rúa, según lo detalla el editor de Clarín Ricardo Kirschbaum en su última columna, además de conversar con otros asesores económicos.
En la misma línea, la ex gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal apunta a ser el bastión de la oposición. Inauguró hace días un conjunto de oficinas en compañía de el ex Presidente, Mauricio Macri.
El gobernador jujeño, Gerardo Morales prepara su acto de presentación en el Gran Rex el próximo 15 de marzo, mientras se posiciona en Buenos Aires. Para eso, el presidente de la UCR a nivel nacional creó un comité bonaerense para organizar, entre otros puntos, la convocatoria que buscar dar una muestra de fortalecimiento radical.
Por su parte, el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta brindó una conferencia de prensa tras una actividad de campaña en Tres de Febrero. Larreta reafirmó su candidatura, pero eligió hacerlo desde un discurso conciliador: “La grieta es un invento de la política para generar odio y conseguir más votos. La historia es clarísima: se puede ganar una elección con la grieta, pero no se puede gobernar. Si seguimos con los agravios, los insultos y el odio no vamos ni para atrás ni para adelante. O terminamos con las peleas, o la Argentina va a seguir dando vuelta en la frustración y el fracaso”.