En su primera apertura de sesiones ordinarias, el jefe de Estado aseguró que recibió “la peor herencia de la historia” y la calificó como una “orgía de gasto público en los últimos 20 años”.
La vicepresidenta, Victoria Villarruel, presidió la asamblea legislativa y dio inicio al acto, invitando al presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, a izar la bandera.
Mientras tanto, pasadas las 20.35, el Presidente se dirigía desde Olivos al recinto para pronunciar su primer discurso inaugural de apertura de sesiones, acompañado de gran parte de su gabinete, escoltado por la guardia de honor. Minutos después, arribó al recinto donde fue recibido por la vicepresidenta y el titular de la Cámara Baja.
En su discurso de apertura de sesiones ordinarias ante el Congreso, Javier Milei criticó fuertemente la gestión económica de los últimos 20 años, calificándola como “una orgía de gasto público descontrolado”.
“Muchos de los datos económicos de la herencia son públicos: 5 puntos del producto de déficit fiscal en el tesoro, 15 puntos acumulados, reservas netas negativas por 11.200 millones de dólares, precios reprimidos en energía, el dólar con una brecha de 200%. Un emisión desenfrenada”, enumeró
Además, apuntó contra la oposición: “A su vez, durante la primera semana de diciembre la inflación minorista corría el 7 mil% anual. Esto implicaba una inflación anual del 15 mil%. Entiendo que algunos políticos suman con dificultad salvo que se trate de la propia. No la ven y no la verán”, lanzó.
En ese sentido, el mandatario alertó que “el desastre no termina ahí. En la medida que auditamos la administración pública vamos conociendo en mayor profundidad el tamaño de la crisis. Tal vez el indicador más cruento lo conocimos recientemente. La pobreza. La tan mentada frase de combatiendo el capital reduce los salarios reales. El salario real es de 300 dólares, cuando en la década del 90 llegó a 1800 dólares. El populismo nos quitó el 90% de los ingresos. Mientras, la mayoría de los políticos, como muchos de ustedes, son ricos”.
Y agregó: “Buena parte de la asistencia sirve como botín de guerra de agrupaciones de izquierda. Una sociedad con un mercado laboral donde el sector privado formal se encuentra congelado. Hace 12 años no crea un trabajo nuevo, mientras el empleo público y el trabajo informal es lo único que crece”.
Asimismo, Milei reconoció que “los jubilados, víctimas de esta herencia, continúan atado a una fórmula que perjudica sus ingresos. El uso recurrente de bonos compensatorios demuestra lo mal diseñada que está la fórmula, que hay que cambiar para que los jubilados no sean víctimas de los desaguisados de la política”.
“En materia de seguridad, nos encontramos con un caos con ciudades tomadas por el narcotráfico. Un caos que fue aprovechado por las fuerzas políticas. Y un Estado que se puso del lado de los delincuentes, ejemplificado en la pandemia cuando se decidió soltar presos. En educación, hoy la mitad de los chicos de tercer grado no entienden lo que leen. El alfabetismo incipiente es a nuestra educación lo que inflación es a nuestra economía. En los profesorados de formación docente proliferan programas de estudio con ideología de izquierda en un país donde lo que se necesita es más capitalismo y más libertad”, insistió.
También se refirió a la salud: “En medio de la farsa del Estado te cuida, si hubiéramos hecho las cosas bien hubiéramos tenido 30 mil muertos, pero tuvimos 130 mil. En la vida real, cuando el siniestro ocurre, el Estado defaultea. En el plano de la defensa, heredamos un ejército desfinanciado, en una mundo cada vez más alejado de la paz. Esto nos está llevando a la irrelevancia, incapaces de defender nuestro propio territorio”.
“Esto nos dejaron a nosotros, en un país de los más importantes del mundo. Un Estado que hace todo y todo lo hace mal”, sentenció. A continuación, citó a su referente, Milton Friedman, “nada de lo que venga del Estado puede funcionar”.
Milei también explicó: “El informe de situación de las 114 dependencias del Estado realizado por la SIGEN arrojó resultados alarmantes. El Estado no controla, diseñado para generar un kiosco en cada lugar donde sea posible para beneficio del burócrata de turno. Tal vez el caso de los seguros sea el ejemplo más claro. Un sistema de retornos para el bolsillo de los políticos”.
En cuanto al ajuste, el mandatario reconoció que hubo licuación de salarios y jubilaciones por la inflación pero remarcó que hubo más recortes a la política, como había prometido en campaña. “Es un ajuste que ha sido mayormente sobre el sector público nacional y no como se hizo siempre, aumentando impuestos y cargando todo el peso sobre el sector privado”, aseguró. “Si bien ha habido licuación, ha habido mucho más de motosierra todo para la política”.
“Tras haber visto con mis propios ojos y en detalle la vulgaridad del despilfarro con el que la política se acostumbró a vivir, ratifico que no se trata de impericia. Un sistema que haga tanto daño a tanta gente, no e s casualidad el desastre al que nos han sumergido. Se trata de un esquema consciente y planificado, se trata de lo que yo llamo el modelo de la casta. Es el modelo económica del estado presente, gasto público alto, déficit fiscal, deuda y emisión monetaria el sistema del que la casta política se sirve para expropiar riqueza de los argentinos de bien y dárselo a sus clientes y amigos”, señaló.
“Esa Argentina despertó, asistió a las urnas y puso en la presidencia a un hombre recién llegado a la vida política, que conduce una fuerza política nueva, que puede no tener mayorías parlamentarias, ni intendentes, ni gobernadores, pero sabe lo que tiene que hacer, como hacerlo y tiene la convicción para hacerlo”, arremetió.
“En este contexto, pese a que aún quedan algunos meses de alta inflación, la misma seguirá cayendo fuertemente y la salida del cepo estará cada vez más cerca”, apuntó el presidente sobre la crisis económica.