La polémica para eliminar la ley que prohíbe las reelecciones indefinidas suma una voz disonante en el peronismo. Mientras algunos lo dan por hecho, el Frente Renovador sostiene su postura contraria.
La discusión para eliminar la ley que prohíbe la re reelección de los intendentes en la provincia de Buenos Aires toma cada vez más lugar en la agenda de los alcaldes de todos los espacios políticos. En el caso de Unión por la Patria (UP) se exhiben diferencias que ya se habían marcado anteriormente. El massismo no se mueve de su posicionamiento y se diferencia de sus socios que buscan dar de baja la normativa.
En diálogo con La Tecla, el intendente de Las Heras, Javier Osuna, reiteró el posicionamiento del Frente Renovador sobre el tema y afirmó que no está de acuerdo con dar vía libre a ser electo de manera indefinida. “Entiendo que si bien es importante que la gente elija yo particularmente creo que las rotaciones no están mal”, sostuvo y añadió: “Generan la necesidad en los intendentes de buscar nuevos liderazgos”.
En esa línea, afirmó que “no tengo problema en que la ley continúe en cuanto a la no reelección indefinida, me parece que genera una rotación”. Asimismo, admitió que sus pares del peronismo proponen modificarla.
“Sé que hay muchos colegas, incluso del mismo espacio, que están proponiendo la derogación de la misma. Cada uno tiene su idea y, en esto quiero ser muy claro, yo soy de los que creen que debemos ir rotándonos”, agregó. Entonces, expresó que “si nuestra única expectativa es perdurar me parece que ahí no está la discusión, la discusión está en mejorar los temas que a nuestra gente le preocupa”.
Como informó La Tecla.info, varias son las opciones que podrían desembocar en una modificación de las condiciones de los mandatos, y al menos cuatro son las que pican en punta.
La primera de ellas sería modificar el artículo 3 de la Ley Orgánica de las Municipalidades (LOM) donde se establece que no podrán ser reelegidos los intendentes y los concejales por más de dos períodos consecutivos. Es la ruta más corta, pero la más sinuosa y peligrosa frente al rechazo social. En la modificación impuesta por la Ley 15.315 (promulgada en enero de 2022, se cambió ese artículo de la LOM y se dispuso que los intendentes y los concejales “serán elegidos directamente por el pueblo, durarán en sus funciones el término de cuatro (4) años y podrán ser reelectos por un nuevo periodo. Si han sido reelectos no podrán ser elegidos en el mismo cargo, sino con intervalo de un período”. Además, se estableció que “quedan comprendidos en la prohibición todos aquellos que hayan asumido su cargo por un segundo período sin importar que el mismo haya sido ejercido total o parcialmente”.
Otra alternativa sería modificar la LOM (Ley 6769/58) e incorporar, por ejemplo, la figura del viceintendente como nuevo orden de estructura municipal, tras lo cual se podría decir que los períodos se inician desde allí. Como la anterior, tiene el barranco de los privilegios de la casta. La idea de cambiar el régimen actual, donde el reemplazo del jefe comunal lo ejerce el primer concejal que lo acompañó en la lista de la elección ejecutiva viene desde hace mucho, pero nunca se pudo concretar la figura del viceintendente, que a su vez solucionaría el tema de las presidencias de los Concejos Deliberante. Si se aplica que el viceintendente sea el titular del cuerpo legislativo, como sucede en la Provincia y en la Nación con el vicegobernador y el vicepresidente, respectivamente, los jefes comunales que tengan minoría en el Concejo no perderían nunca la presidencia.
Un tercer escenario sería ir por una reforma política que instaure la boleta única y que, a partir de ese cambio sustancial en el modo de elección, se incluya en el articulado que, frente a al nuevo régimen, se pueda otorgar el beneficio para que los intendentes sean reelectos. Camino largo pero factible. Es una iniciativa con la que viene machacando desde hace tiempo el PRO, pero que no es acompañada por el peronismo. De todos modos, si aparece como la salida para encontrar el camino de las re-re puede que cambie la postura del oficialismo, cuyos intendentes están muy interesados en tener la chance de seguir al frente de las comunas.
La última opción es avanzar con la autonomía municipal y que cada distrito disponga su propio régimen de gobierno. Esta vía exige un cambio en la Constitución, y abrir esa puerta significaría abrir otros caminos, incluso una re-re para Gobernador y Vicegobernador. Quizá sea la más difícil, pero la mejor justificada. Es la ruta que impulsa el radicalismo, que desde hace mucho busca una mayor independencia de los intendentes, no sólo económica sino también política. Avanzar por esta vía podría permitirle a cada distrito fijar su régimen electoral propio (siempre acotado por las mandas constitucionales de duración de los mandatos); entre estas facultades tendrían la facultad e ponerse su propio límite de reelecciones o fijar fechas de los comicios locales.