En la Plata consideran que las relaciones con Estados Unidos, promovidas por el presidente Javier Milei, no le han traído beneficios concretos al país.
En un marcado contraste con la postura pro-estadounidense del presidente Javier Milei, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, refuerza sus lazos con China en un intento de atraer inversiones. Con la ayuda de su mano derecha, Carlos Bianco, y del exembajador en Beijing, Sabino Vaca Narvaja, Kicillof estableció una “mesa china” para facilitar la llegada de empresas a la provincia. Según fuentes gubernamentales, estas inversiones son cruciales y cuentan con la aprobación del Partido Comunista chino.
El gobernador y su equipo destacan el pragmatismo detrás de su acercamiento a China, cuestionando la lógica de enfrentarse a una potencia económica tan significativa. “¿Por qué no vincularse con el principal importador del mundo?”, argumentan desde La Plata. Según un informe, China lideró la inversión extranjera directa en la provincia en 2023, con un notable 73,2% del total, incluyendo un desembolso de U$S 1.250 millones por parte de la industria química CPCG para construir plantas en Bahía Blanca.
El mandatario bonaerense se enfrenta a un dilema estratégico: decidir si su provincia se adhiere al Régimen de Grandes Inversiones (RIGI) promovido por Milei, o si sigue un camino independiente con su propia versión provincial. Esta decisión es crucial, ya que podría influir en la llegada de una mega-inversión de hasta U$S 50.000 millones de la petrolera malaya Petronas para una planta de gas licuado en sociedad con YPF. La historia de Kicillof con YPF y el litigio pendiente en Nueva York añade presión a esta encrucijada.