23 noviembre 2024

La receta con la que el Gobierno podría reducir el ajuste en el segundo semestre

Mantener las cuentas en equilibrio es el principal mandato del presidente Javier Milei y por ahora el resultado es el esperado. Cuál es el escenario hacia delante y por dónde seguirá el ajuste.

El Gobierno logró cerrar un primer semestre del 2024 con superávit fiscal primario y financieros sólidos. En el primer caso, se completó un nivel de 1% sobre el PBI, lo que implica unos 10.000 millones de dólares de ingresos por arriba de los egresos.

Lógicamente, el porcentaje se reduce al calcular el ahorro financiero. En este caso el resultado positivo llegó al 0,4%, nivel que podría alcanzar el 1%, luego de la decisión anunciada el último día hábil de junio de trasladar la deuda del Banco Central al Tesoro y pasar a ser liquidada con el superávit primario y el cumplimiento de la promesa del oficialismo de terminar con cualquier atisbo de emisión monetaria para atender vencimientos de deuda financiera. Se verá.

El superávit fiscal primario es el gran activo que el gobierno de Javier Milei está planteando sobre la mesa del Fondo Monetario Internacional (FMI), con el compromiso firmado en el acuerdo de Facilidades Extendidas firmado en enero de este año, de llegar a un 2,5% del PBI.

Es un nivel de ahorro superior a la meta original negociada por Martín Guzmán en marzo del 2022 y que apuntaba a un déficit de un punto del PBI para este año. Si se tiene en cuenta que cada punto del producto implica unos 5.000 millones de dólares, entre ese punto negativo, pactado originalmente y la meta de 2,5% apuntalada por Milei, hay una distancia de 9.000 millones de dólares.

Ni hablar del resultado final del 2023, donde se registró un déficit final de 3%; con lo que la distancia real entre el desahorro del año pasado y el eventual superávit de 2,5% de éste, la distancia superaría los 15.000 millones de dólares.

Las inquietudes fiscales del segundo semestre del año apuntan ahora a sostener el ritmo de superávit primario de los primeros seis meses del 2024.

Según el último informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), el principal problema para lograr la meta de 2,5% es analizar el dato que los ingresos podrían repetir la caída de 5% del primer semestre y la dinámica del gasto para sostener el resultado, repitiendo la experiencia del período enero- junio.

El informe de la entidad que maneja el economista Nadín Argañaraz, indica que “dada la caída interanual real del 32,2% en el primer semestre, en el primer escenario supuesto el gasto primario debería caer un 20,6% en el segundo semestre para que se logre el equilibrio fiscal. Una caída real interanual menor en el segundo semestre implicaría incurrir en déficit fiscal. Como resultado, en el año 2024 el gasto primario caería en términos interanuales un 26,4% real”.

En este sentido, el gasto primario real debería caer un 24,2% interanual en el segundo semestre para que se logre un superávit de 0,4% del PBI. Para el IARAF y, en consecuencia, en términos anuales el gasto primario real caería 28,2% interanual, con lo que el Gobierno nacional podría disminuir la intensidad del ajuste del gasto del primer trimestre, y garantizar la meta fijada con el FMI.

Proyectando el gasto en jubilaciones para el segundo semestre y utilizando para el resto de los gastos su participación durante el primer semestre, prácticamente todos los gastos verían reducido el ritmo de descenso interanual, comparando el segundo semestre con el primero. Los gastos con mayor reducción de intensidad de ajuste serían: jubilaciones, subsidios a la energía, transferencias a universidades, masa salarial, entre otros.

Según concluye el IARAF, la reducción de la intensidad del ajuste estaría centrada principalmente en el gasto corriente, manteniendo una alta presión sobre el gasto de capital. Es importante destacar que existen infinitas combinaciones de bajas y subas de los distintos gastos nacionales, que permiten lograr o el equilibrio fiscal o el superávit fiscal, ésta es solo una de ellas.

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