Se conocieron chats del expresidente a su expareja, antes de que se divulgara la denuncia por violencia de género contra Fernández. Este jueves declaran los primeros testigos, entre ellos María Cantero, en cuyo celular se hallaron las fotos de Yañez golpeada.

Este jueves es un día clave en la causa por violencia de género contra el expresidente Alberto Fernández. Comenzarán a declarar los primeros testigos, entre ellos María Cantero, la exsecretaria privada de Fernández, en cuyo celular se encontraron las fotos de Fabiola Yañez con señales de golpes. Y se conocieron chats entre el exmandatario y Yañez con fecha 28 de junio, antes de que estallara el escándalo, en los que él le recomienda a su expareja “que hable lo menos posible”.

Los primeros en brindar declaración testimonial ante el fiscal Ramiro González serán la periodista Alicia Barrios, que frecuentó a Yañez en Olivos, y Cantero. Se espera que ambas declaren en el transcurso de esta mañana. En tanto, el exintendente de la Quinta de Olivos Daniel Rodríguez fue convocado para el lunes 26 de agosto.

El ex titular de la Unidad Médica Presidencial Federico Walter Saavedra, que también fue incluido como testigo, fue convocado para el 5 de septiembre.

Y el fiscal también libró un exhorto internacional ante la Fiscalía Penal de la ciudad de Madrid para que autoricen a Miriam Yañez Verdugo, la madre de Yañez, a prestar declaración testimonial en el Consulado argentino de la capital española, donde la mujer reside con su hija.

La trama secreta

En tanto, el portal Infobae dio a conocer los mensajes que le envió Alberto Fernández a Fabiola Yañez el 28 de junio: “Necesito que atiendas a FIORIBELLO. Es muy grave el tema”, le escribió y luego la llamó y hablaron durante 10 minutos. En ese momento Yañez había sido convocada por el juez federal Julián Ercolini por los mensajes y las fotos encontradas en el celular de María Cantero, por lo que el expresidente buscaba cesar el escándalo.

“Mi consejo es que hables lo menos posible”, fue uno de los mensajes del expresidente. Ese día la exprimera dama decidió no hacer la denuncia penal

“Fioribello”, en tanto, es Juan Pablo Fioribello, el abogado penalista que se encargó de representar a Yañez durante los últimos cuatro años. También fue una suerte de mediador entre los integrantes de la pareja hasta que explotó el escándalo.

“Lamento mucho todo. Me doy cuenta que estás muy lastimada. Nunca quise que todo fuera como fue. Siempre te amé y nos tocó un tiempo tortuoso que seguramente no me dejó darte la atención que merecías. Hoy estoy muy triste por todo. Mis ganas de vivir no existen. Soñaba otra cosa a tu lado. Te pido perdón por el daño que sin querer te he causado. Beso grande”, escribió Fernández el 28 de junio.

Ese día Yañez participó de una audiencia por Zoom desde Madrid por los mensajes encontrados en el celular de Cantero, secuestrado el 7 de marzo en el marco de la causa por los seguros. El juez Ercolini la anotició de las fotos y las pruebas. Y le preguntó si quería hacer la denuncia por violencia de género, a lo que Yañez desistió.

A las 16.22 de ese mismo día, Yañez intentó calmar a su expareja: “Ya hablé con Juan Pablo, quedate tranquilo voy a hacer lo que me dijiste que había que hacer”. Fernández insistía con sus disculpas: “Lamento todo, Creéme”

Más tarde Yañez se volvió a comunicar con Fernández y el expresidente, intentando que el asunto no se volviera un escándalo, le dijo: “Mi consejo es que hables lo menos posible. Esa es la mejor garantía de que no se vuelva noticia”.

El juez Ercolini terminó archivando el legajo reservado el 1º de julio. Pero un mes después, el sábado 3 de agosto, Alberto Fernández se enteró de que el diario Clarín iba a dar a conocer la existencia de los mensajes explosivos que le había mandado Yañez a Cantero.

El martes 6 la exprimera dama llamó al juez y dio a entender que el expresidente la había amenazado para que no haga la denuncia. Y enseguida el magistrado impulsó las primeras medidas de prueba y le prohibió la salida del país a Fernández, en el comienzo de la causa judicial que conmociona al país.

(DIB)