La pena contra el ex contratista y socio del matrimonio Kirchner es de cuatro años de prisión y para el arrepentido K de dos años y seis meses. Ambos estaban involucrados en la compra de 152 hectáreas en una de las zonas más exclusivas de Uruguay.
Nuevo revés judicial para el ex socio y amigo personal del matrimonio Kirchner, Lázaro Báez, y el ex arrepentido en el caso de corrupción conocido como “la ruta del dinero K”, Leonardo Fariña, ya que ambos fueron condenados por el delito de “lavado agravado” por la compra de un campo de 152 hectáreas en una zona exclusiva del barrio José Ignacio, en la localidad de Punta del Este, Uruguay.
El empresario santacruceño dedicado a la construcción que se benefició de su amistad con los ex mandatarios Néstor Kirchner y luego, Cristina Kirchner, fue sentenciado a cuatro años y seis meses de prisión, en una de las causas que se desprende de la investigación por el lavado de dinero a través de sus firmas.
Por su parte, Fariña recibió una condena de dos años y seis meses, con una reducción de 12 meses por ser considerado dentro de la figura legal de “arrepentido” y colaborar con la investigación en la causa denominada “ruta del dinero K”.
Del mismo modo, fueron condenados el resto de los imputados en la causa considerados como cómplices de Báez y Fariña en la compra de los terrenos millonarios. Se trata de Daniel Pérez Gadin, el ex dueño de la financiera “La Rosadita” y funcionario de la sociedad Jumey S.A. la que adquirió el lote en Uruguay. Así como también, Jorge Óscar Chueco, otro de los cómplices, ambos condenados a cuatro y tres años de cárcel respectivamente.
La causa inicio con la denuncia de un ente del país vecino sobre presuntas maniobras de lavado de activos a través de la compra del campo “El Entrevero”, ubicado entre los balnearios exclusivos de José Ignacio y La Barra. Al parecer, Fariña se contactó con la inmobiliaria que estaba a cargo de un sector del terreno con el objetivo de desarrollar un emprendimiento. En 2011 se concretó la operación a través de la firma Traline S.A, que estaba radicada en Uruguay y era presidida por Maximiliano Acosta, quien luego fue sucedido por Maximiliano Goff Dávila, dos de los imputados en la causa.
Tiempo después el campo quedó a nombre de otra sociedad denominada Jumey S.A., que era presidida por el contador Daniel Pérez Gadín, el ex dueño de la financiera “La Rosadita”, lugar en donde se inició la causa por la “ruta del dinero K” al conocerse imágenes de los imputados contando cantidades monumentales de billetes.