En medio de la disputa judicial con la ex primera dama, el expresidente intentó comunicarse esta semana con el actual mandatario. La respuesta del gobernante.
El expresidente Alberto Fernández le envió esta semana un mensaje privado por Whatsapp a Javier Milei, donde le pidió hablar por teléfono para hacerle un pedido vinculado con la causa por violencia de género que inició en su contra Fabiola Yañez.
Sin embargo, el mandatario no se enteró del contenido porque ni siquiera abrió la conversación. Según informó el medio La Nación, el gobernante actual dejó de mantener comunicación con su antecesor hace meses.
Allegados al ex Jefe de Estado indicaron a ese diario que Fernández buscaba pedir por la situación de Cintia Tonietti, quien trabajó como amas de llaves en la Quinta Presidencial de Olivos durante su gestión.
Tonietti se presentó como testigo el pasado 26 de septiembre y en su declaración había apuntado que los moretones de Fabiola se dieron por golpes y caídas a raíz el excesivo consumo de alcohol.
Respecto de la comunicación frustrada entre Milei y Fernández, hubo versiones cruzadas. Cerca del exmandatario subrayaron que fue "la primera vez que no le responde", mientras que desde el entorno del líder de La Libertad Avanza señalaron que "hace meses" que no le contesta.
Incluso, puntualizaron que el último contacto entre ambos fue cuando comenzaba la investigación del gobierno nacional por la contratación irregular de seguros durante la administración anterior.
Por el otro lado, fuentes cercanas a quien fuera presidente entre 2019 y 2023 remarcaron que las conversaciones finalizaron recién "entre mayo y junio". "Javier dejó de responderle mucho antes de eso", insistieron quienes están cerca de Milei.
Según señalan cercanos al extitular del PJ Nacional, las autoridades de la residencia oficial le habrían comunicado que el contrato de Tonietti, que todavía trabaja en Olivos, se daría de baja a fin de mes. Fue en ese marco que buscaba averiguar por su situación.
"Él quería advertir que lo que se está haciendo es grave", advierten y consideran que esto podría condicionar la situación de las otras dos testigos del caso, Teresa y Daniela, que aún trabajan en Olivos y Casa Rosada.