El mandatario argentino suscribió a la declaración de los presidentes de la cumbre de Río de Janeiro, pero habló de una crisis del actual modelo de discusión multilateral y buscó posicionar su visión pro-mercado como una alternativa.
En línea con su apoyo a la Alianza Global contra la Pobreza, el presidente Javier Milei suscribió a la firma del documento de los mandatarios que asistieron a la Cumbre del G20, pero con reparos en torno a los objetivos que persigue la Agenda 2030, en especial, aquellos que, según el jefe de estado argentino, se orientan al empoderamiento del estado en materia de políticas sociales y económicas. Entre los puntos de discordia no apoyó el el impuesto a los superricos.
La decisión de apoyar la firma de dicho documento se oficializó después de que Milei participara de dos plenarios desarrollados en la cumbre: uno a la mañana y otro a la tarde. En ambos ofició de orador. Luego, la oficina del presidente emitió el comunicado con la novedad de la siguiente manera: “Los organismos y foros internacionales como el G20, se crearon con el espíritu de que todas las naciones pudiera reunirse para cooperar de forma voluntaria, en calidad de iguales y autónomas, para, entre otras cosas, salvaguardar los derechos básicos de las personas”.
Sobre dicha base, desde la oficina del mandatario libertario se habló de un modelo de discusión multilateral que está en crisis “porque desde hace tiempo que está en falta con su propósito original”. Esta crisis que señala el comunicado se vincula a los puntos que el Gobierno no acompañará del acuerdo suscrito por la mayoría de los presidentes y premieres que se dieron cita en Río de Janeiro: aquellos vinculados a la Agenda 2030 y a robustecer al estado en materia social y económica, según lo especificado.