Axel Kicillof le exigió al excandidato Sergio Massa que se haga cargo del ministro de Transporte, quien se encuentra bajo investigación por presunto lavado de dinero relacionado con un esquema de corrupción.
El gobierno de Axel Kicillof atraviesa una nueva crisis interna que involucra a uno de los ministros clave del gabinete bonaerense. Se trata de Jorge D’Onofrio, actual ministro de Transporte de la Provincia de Buenos Aires, cuya vinculación con un millonario esquema de corrupción ha puesto en jaque su permanencia en el cargo.
El hombre, que es un funcionario de confianza del líder del Frente Renovador, Sergio Massa, está siendo investigado por presunto lavado de activos en un caso que involucra la eliminación de multas de tránsito a cambio de coimas.
La denuncia que pesa sobre D’Onofrio y su círculo cercano está siendo investigada por la Justicia Federal de Campana, que intenta esclarecer cómo el ministro, su pareja Claudia Pombo (presidenta del Concejo Deliberante de Pilar), y varios colaboradores habrían armado una estructura de corrupción para borrar infracciones de tránsito a cambio de un porcentaje del monto de la multa. El sistema operativo de este fraude habría implicado tanto a gestores como a jueces de faltas, quienes habrían sido cómplices en la maniobra.
El monto de las coimas, según estimaciones preliminares de la Justicia, podría superar los 50 millones de dólares, basándose en los 32 millones de causas que se encuentran en los juzgados de faltas provinciales. La magnitud del fraude es alarmante, y algunos funcionarios judiciales no dudan en calificar el esquema como uno de los más grandes descubiertos en los últimos años en la provincia de Buenos Aires.
La relación entre D’Onofrio y Massa, que comenzó como una alianza política clave en el contexto del Frente de Todos, se encuentra ahora en una situación comprometida. Kicillof, visiblemente incómodo con la situación, le reclamó a Massa que se hiciera responsable por el ministro que fue designado a pedido de su propio espacio político. “Vos lo trajiste, vos te lo llevas”, le habría dicho el gobernador a Massa, quien no ha querido hacerse cargo del escándalo.
En declaraciones a la prensa, el excandidato no negó su vínculo con el ahora funcionario provincial, pero intentó desvincularse de la situación.
“Hace un tiempo largo que decidí no hablarme más ni saber nada de él”, expresó el líder del Frente Renovador, dejando en claro que prefiere mantenerse alejado de la controversia. Sin embargo, las investigaciones siguen avanzando y los fiscales parecen cada vez más convencidos de que hubo una estructura organizada de corrupción.
A medida que avanza la investigación, emergen detalles sobre el estilo de vida lujoso de D’Onofrio, que no parece coincidir con sus ingresos declarados. Aunque el ministro reportó anualmente ingresos de aproximadamente 9,5 millones de pesos, la Justicia ha descubierto que posee varios autos de lujo, incluyendo una Toyota SW4 y un Audi Q8, vehículos cuyo valor supera los 200.000 dólares. Estos hallazgos han generado más sospechas sobre el origen de su fortuna.
La situación del funcionario se complica aún más por la implicación de su pareja, Claudia Pombo, quien también está siendo investigada por la Justicia. Además, se ha descubierto que tanto Pombo como su hija Agustina Cuadra y otros allegados al ministro están vinculados con las propiedades y vehículos de lujo. En las redes sociales, Pombo ha sido fotografiada durante sus vacaciones en la Costa del Sol, un destino turístico de lujo que también ha sido frecuentado por otros personajes políticos vinculados a escándalos recientes.