Tras ser condenado por una causa ligada a las drogas, un hombre transformó su vivienda de Chivilcoy en un boliche y vendió entradas para unas 300 personas.
A pesar de tener arresto domiciliario en una causa por drogas y llevar puesta una tobillera electrónica, un hombre organizó el fin de semana una fiesta clandestina en su casa de Chivilcoy, con más de 300 personas a las que, además, les vendió una entrada.
Luego de haber recibido prisión domiciliaria por una causa ligada a las drogas, Miguel Ángel Godoy transformó el último sábado su vivienda en un boliche y organizó una fiesta, entre las que se encontraban menores de edad.
El hombre de 55 años, que tenía puesta una tobillera electrónica que certificaba que no saliera de su vivienda, vendió entradas para un evento en su propia casa de esa localidad bonaerense.
Personal policial, junto a la Dirección de Nocturnidad, se hicieron presentes en el lugar a la madrugada y constataron que había música con un volumen alto y luces similares a las que se encuentran en bares y boliches. Además, también identificaron a varios menores, que habían recibido pulseras habilitantes luego de abonar la correspondiente entrada.
Según el informe oficial de la Policía, el organizador del evento es Pablo Ezequiel Jaime, de 36 años, quien también quedó comprometido ante la Justicia por el evento.
Por otro lado, se informó de inmediato al Servicio Penitenciario Bonaerense, que monitoreaba los movimientos de Godoy a través de la tobillera electrónica.
La causa de estupefacientes que investiga la Ayudantía Fiscal de Mercedes y por la cual Godoy recibió prisión domiciliaria, se inició justamente luego de un allanamiento en la propiedad donde este sábado se desarrolló la fiesta.