“Los muchachos del FMI no sé si el español lo dominan, pero en la Provincia no puede haber ajuste, lo tienen que entender”, advirtió el mandatario provincial, en el marco de una entrega de escrituras realizada en Arrecifes.
En el marco del programa Mi Escritura, Mi Casa, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, encabezó esta mañana el acto de entrega de 702 títulos de propiedad para familias del municipio de Arrecifes, junto al ministro de Justicia y Derechos Humanos, Julio Alak, y el intendente local, Javier Olaeta.
“Este programa surgió para dar respuesta a miles de bonaerenses que, con mucho esfuerzo, accedieron a sus casas pero no han podido obtener el título que certifica la propiedad”, aseguró Kicillof y agregó: “Con la escritura, podrán conseguir un crédito, utilizar sus viviendas como garantía y, sobre todo, dejar un legado para sus hijos y sus familias”.
En ese sentido, el Gobernador señaló que “la seguridad jurídica no es algo que compete únicamente a las empresas, aquí estamos garantizando el derecho a la propiedad de los que menos tienen”. “Los trámites para la escritura requieren de mucho tiempo, movilidad y recursos, por eso ponemos al Estado para igualar y cumplir derechos”, indicó.
Por otra parte, tal como informó La Nación, hizo un llamado de atención al staff del Fondo Monetario Internacional (FMI) después de que el Gobierno sellara un acuerdo con el organismo que sacudió la interna oficialista y que el mandatario -fiel a Cristina Kirchner pero con buena sintonía con Alberto Fernández- miró de manera cauta y sin frases rimbombantes.
“Los muchachos del FMI no sé si el español lo dominan, pero en la Provincia no puede haber ajuste, lo tienen que entender”, advirtió el mandatario del Frente de Todos, quien también puso sobre la mesa la compleja realidad que se vive en el territorio que gobierna, como consecuencia de la escalada de precios influida por la situación internacional. “En el conurbano y el interior no da más la situación social”, resumió.
Para justificar su pedido al organismo de crédito, el mandatario dijo: “Estamos en una guerra en todo el planeta, con situaciones muy extremas, venimos de una pandemia muy grave y necesitamos seguir recuperándonos”. Comentó, además, que desde la Provincia acompañarán las medidas nacionales para contener la inflación en un momento de “presión muy alta” sobre los precios de la energía y de los alimentos por el impacto del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.
Pese a que ponderó la “recuperación muy fuerte” en algunos indicadores -como la reducción en la tasa de desempleo o de la pobreza- y que no se lo atribuyó a un rebote de la economía, admitió que eso todavía no se percibe en algunos sectores. “Falta la distribución de los ingresos, los salarios, y eso implica que los precios dejen de subir”, planteó Kicillof en C5N.
Fiel a su estilo, el gobernador apuntó también contra aquellos que especulan con las ganancias en este contexto bélico: “Los precios de guerra que hay que en el mundo para algunos son un negocio bárbaro, el problema es que si a esos precios de guerra los cobramos en la Provincia pueden generar una rentabilidad inmensa que no tiene que ver con el esfuerzo y la inversión, sino con una guerra en Europa. No hay un derecho específico, sino una eventualidad”.
Entonces, señaló que ante esta situación “algunos se van a enriquecer mucho” y otros “se van a empobrecer mucho”, por lo que consideró correcto que la administración nacional tome decisiones y sancione a quienes no las cumplen. “Es fácil aparecer acompañando medidas y después incumplirlas”, señaló, en una clara alusión a las empresas harineras multadas por el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti.
En tanto, se mostró de acuerdo con la postura del ministro de Desarrollo Social, “Juanchi” Zabaleta, en cuanto a la necesidad de transformar planes sociales en trabajo, aunque dijo: “El otro problema es que hay que conseguir que los salarios se recuperen, porque si empieza a no alcanzar y el que consigue empleo formal o una changa no puede acceder, estamos en un problema”.
Frente a los referentes opositores que piden recortar los programas para quienes cortan las calles, el gobernador se limitó a hacer una comparación. “Cuando termina el gobierno de Cristina, había 260 o 280.000 planes; y con [Mauricio] Macri, 700.000. Luego vino la pandemia, tiene que ver con una situación de emergencia muy grande”, planteó después de que el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, se quejara por la forma en que se administran las ayudas estatales.