Este domingo el voto de los argentinos define un nuevo Presidente y, según los especialistas, la gran cantidad de indecisos podría generar un alto nivel de votos en blanco.

El balotaje entre Javier Milei y Sergio Massa en las elecciones presidenciales de Argentina ha dado lugar a un aumento significativo en la posibilidad de votos en blanco, según analistas. La incertidumbre y la falta de representación percibida en los candidatos principales podrían llevar a una cifra récord de votos en blanco, que supere el 5.5% en las últimas PASO.

Se espera que votantes decepcionados de Patricia Bullrich, quien quedó en tercer lugar en las elecciones anteriores, opten por esta opción. Los indecisos representan aproximadamente el 12%, y muchos podrían dirigirse hacia el voto en blanco.

Facundo Nejamkis, director de la consultora Opina Argentina, señala que los votantes de Bullrich son los más desencantados y decepcionados, ya que tenían esperanzas de que su candidata fuera más influyente en las elecciones. Este desencanto podría traducirse en un aumento del voto en blanco, estimando que podría llegar al 4% o 5%. En el balotaje de 2015, el voto en blanco fue bajo, pero las circunstancias actuales podrían revertir la tendencia.

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Sin embargo, el analista Sergio Berensztein plantea interrogantes sobre la posible efectividad del voto en blanco, ya que solo existe un antecedente en 2015. La falta de representación y las expresiones de algunos líderes de partidos podrían influir en la decisión de votar en blanco o incluso abstenerse. Aunque la Cámara Nacional Electoral sostiene que el voto en blanco no beneficia a ningún candidato, algunos analistas consideran que podría impactar la legitimidad del ganador al excluir una parte del electorado.

En la última década, el voto en blanco ha sido más prominente en las PASO, superando el 5% en 2015. Sin embargo, su presencia en el balotaje podría aumentar debido a las circunstancias actuales. A pesar de la incertidumbre, algunos factores, como la presencia de Milei como candidato antisistema, podrían mitigar la posibilidad de un fenómeno electoral similar al de 2015.