La vicepresidenta marcó diferencias en el uso de militares en cuestiones de seguridad interior, dijo que no se puede ir "con la motosierra con Freddy Krueger" para achicar el Estado, defendió los aumentos a Senadores.
La vicepresidenta Victoria Villarruel dijo hoy que tiene una “buena” relación con el presidente Javier Milei, pero marcó claras diferencias en cuestiones centrales, como el uso de las fuerzas armadas en cuestiones de seguridad interior, el método para achicar el Estado y los aumentos a diputados y senadores.
“Hay que entenderlo, esto no es un reinado, es un poder del Estado con reglas, tengo que respetar cuestiones que son legales”, afirmó en diálogo con el canal TN. Fue una referencia clara a la convocatoria a la sesión de la cámara Alta que terminó con el rechazo del DNU 70, decisión que motivó una lapidaria crítica de la Presidencia de la Nación.
Otro punto en el que marcó diferencia es en el modo en que se achica el Estado, o se llega al superávit. Villarruel remarcó que si bien también está alineada con la idea de recortar gastos “hay que hacerlo con cuidado de que no genere un conflicto mayor”. Sucede cuando se habla de cortar unos 60 mil contratos de empleados públicos.
“Si venís con la motosierra como Freddy Krueger, le das y le das y después te comés un montón de juicios laborales y tenés que pagar 700 indemnizaciones, bueno, perdón pero terminas..”, dijo.
La vicepresidenta dijo además que retrotrajo el aumento de la dieta de los senadores porque se lo pidió el presidente. Pero no se mostró conforme con la decisión: “Después hablamos si lo hacen bien o mal, pero la función que les estamos delegando es vital, y si les pagás poco, van a ser susceptibles a la corrupción”, sugirió.
“A Lijo no lo conozco. Esperaba que siendo la vacante de una mujer…a priori no actuó bien en la causa Rucci”, advirtió en una toma de distancia respecto de las nominaciones a la Corte Suprema del juez Ariel Lijo y del catedrático Manuel García-Mansilla.
Por otro lado, apuntó contra José Luis Espert, el diputado libertario que llamó a una rebelión fiscal. “A la gente la rebelión fiscal le importa cero. No pueden pagar los impuestos porque no tienen plata. Pero como funcionario público no puede llamar a la rebelión fiscal”, indicó. Luego lo calificó de “petardista” por sugerir que ella quería “desestabilizar al Presidente
Villarruel se mostró contraria a la participación de las FFAA en cuestiones de seguridad interior, justo el día en que la ministra de Seguridad y el de Defensa, Patricia Bullrich y Luis Petri, anunciaron que impulsan modificaciones legales para abrir esa posibilidad. “No. Porque la función de las FFAA no es combatir a civiles. Creo que quedó claro con el tema de los ’70. El narco es un civil para el Derecho”, dijo la vicepresidenta.
“La solución jurídica no es el indulto (a los militares presos). No hay ninguna versión seria respecto de eso”, afirmó Villarruel. Sobre el atentado que denunció la agrupación H.I.J.O.S dijo: “Que investigue la justicia. En todo momento estuvieron hablando de Santiago Maldonado, Julio López, y estaban ellos en el poder. Hay que cortarla c on el relato que hace la izquierda”, manifestó.
Sobre su posibilidad de manejar Defensa y Seguridad, que quedó truncada con la llegada de Bullrich y Petri, aseguró: “No me agradó, pero lo tengo que respetar”.
Villarruel dijo que con Milei se lleva “bien”. Contó que desayunó con el Presidente y que le ofreció galletitas en la Quinta de Olivos. Ella quería facturas. Y su compañero de fórmula le dijo que podría pedir pollo. Quiso relajar con la anécdota el foco sobre su distanciamiento. Pero la vice no ignoró las diferencias. “Entiendo que hay una cosa de mucho interés en la sociedad. Somos dos personas que se complementan. Él es vehemente en la vida pública y es más tranquilo en la privada y yo soy al revés, y nos complementamos”, sopesó.