Tras la reaparición de la expresidenta en Quilmes, hubo un encuentro personal entre Máximo Kirchner y el gobernador bonaerense, donde afirman que CFK intentó bajarle el tono la discusión para evitar una fatal ruptura.
Luego de apuntar contra el presidente Javier Milei en un encendido discurso junto a la intendenta Mayra Mendoza en Quilmes, Cristina Kirchner quedó en una posición incierta frente a la interna que se evidenció en las últimas semanas entre sectores del peronismo integrados por Axel Kicillof y referentes de La Cámpora, la agrupación de Máximo Kirchner.
Con diferentes grados de tensión, en el peronismo sostienen mayoritariamente la postura de que Cristina intenta un papel componedor que evite la amplificación del enfrentamiento y dividir aún más el espacio, ante el avance de los libertarios.
En el círculo más cercano al gobernador Kicillof sostienen que nada ha cambiado en su vínculo con la ex jefa de Estado.
“Ellos siguen hablando con la habitualidad de siempre”, afirma una fuente de trato diario con el mandatario provincial. “Se reunieron post-lío y está todo bien”, dice otro informante. “Sé que hace tiempo no lo veía”, plantea una fuente que dice desconocer si finalmente el cara a cara se produjo.
“Está todo tirante. “Ella está tratando de componer, pero Máximo tensa”, agrega un reconocido jefe comunal sobre la situación entre los referentes K.
“Están hablando bien. Tengo referencias de que están en contacto normalmente, como siempre lo han hecho. El único cambio que veo es que Cristina está mucho más activa”, asevera otro intendente peronista que niega el conflicto.