En medio de los rumores sobre la salida del jefe de Gabinete, se espera que Milei llegue con una comitiva reducida a Córdoba. Además, crece la preocupación por las manifestaciones del sindicalismo y la izquierda.
Javier Milei conmemorará el 25 de Mayo en una ciudad afectada por un frío polar, con la posibilidad de nevadas en las sierras que podrían llegar a la capital. Aunque el clima puede disuadir algunas convocatorias al aire libre, el mayor riesgo para su acto es la falta de presencia política, lo que podría resultar en una imagen deslucida, con poca militancia y dirigencia después de que el evento dejara de ser central en la agenda del Gobierno. Además, el sindicalismo y la izquierda han convocado a protestas que intentarán desactivar antes de que hable el primer mandatario.
El evento se ha reducido al mínimo desde que pasó de ser un gran acuerdo nacional –el frustrado “Pacto de Mayo”– a una mera conmemoración por el Día de la Patria, debido a la demora y las dificultades para aprobar la ley Bases. Desde entonces, los organizadores locales de LLA y la encargada de su imagen, Karina Milei, han disminuido su dedicación al acto, que ha dejado de ser prioritario y se ha vuelto más institucional.
En una ronda de consultas con miembros del entorno libertario, muchos admitieron que no asistirán, desde senadores y diputados hasta líderes territoriales de peso. “El tema cambió, ya no era necesario”, expresaron, algo desanimados, en diálogo con Infobae. Mientras algunos funcionarios aprovecharán el fin de semana patrio para visitar sus provincias, otros para quedarse a trabajar en la Ciudad, o simplemente para descansar con sus familias. Después de todo, señalaron, ya dieron todo en el Luna Park, hace apenas tres días.
Los ministros, en su mayoría, viajarán juntos en un avión de la Fuerza Aérea y llevarán comitivas más reducidas de lo que originalmente habían planeado cuando el Pacto de Mayo aún estaba en discusión. Aunque el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, enfrenta rumores de despido pronto y no ha confirmado su presencia. Por su parte, el Presidente utilizará por primera vez el avión presidencial junto a Karina Milei y sus allegados.
De los más cercanos, Santiago Caputo, que suele acompañarlo en la Casa Rosada todos los días de la semana, se quedará en Buenos Aires. Tampoco participó en el espectáculo del Luna Park, dicen, porque prefirió observarlo como televidente y no como parte.
Sin embargo, el Gobierno no quiere correr el riesgo de que el evento presidencial se vea reducido, y comenzó a intentar sumar adhesiones de último minuto para evitar una imagen de desolación. Anoche, empezaron a invitar a algunos jefes de bloque de la oposición, e incluso al gabinete de Llaryora, que en un principio había sido excluido (sólo el gobernador, junto a su vice y el intendente de la Ciudad, Daniel Passerini).
Para mañana, hay más señales de alerta: la CGT regional convocó a una marcha en el centro, temprano, contra el ajuste del Gobierno y amenaza con prolongarla, al menos, hasta el inicio de la ceremonia, que está prevista para las 14 horas. Mientras tanto, la izquierda cortará la Avenida de Circunvalación, lo cual podría generar demoras en el tránsito pero no dificultará la llegada de Milei a la plaza San Martín.
El primer mandatario aterrizará a bordo del Tango en el aeropuerto local, donde lo esperará un helicóptero de la misma flota presidencial para llevarlo hasta el Centro Cívico. Una vez allí se subirá a una camioneta e irá a contramano por una calle que estará cortada especialmente para que pueda pasar.