Tras el escándalo, los jefes de bloque solicitaron a la presidenta de la Cámara alta, Victoria Villarruel, que no se realice el aumento de salarios.
El escándalo desatado por el anuncio del posible aumento salarial de los senadores alcanzó su punto máximo cuando se reveló que sus sueldos podrían llegar a los $8 millones por mes en bruto. Sin embargo, ante la presión pública y la indignación generalizada, los legisladores decidieron dar marcha atrás con esta medida.
En una nota dirigida a la presidenta de la Cámara de Senadores, Victoria Villarruel, los líderes de todos los bloques legislativos, tanto oficialistas como de la oposición, solicitaron que no se modifique la dieta que reciben en la actualidad. Esto significaría que no se aplicaría el aumento salarial previsto.
De haberse concretado el incremento, los senadores habrían recibido su segundo aumento salarial en un mes, lo que los habría situado en un salario bruto cercano a los $8 millones, que, tras los descuentos, superaría los $5 millones.
Mientras tanto, en la Cámara de Diputados se están realizando gestiones para actualizar las dietas de los legisladores, posiblemente vinculadas al aumento de los jubilados, luego de que los presidentes de los distintos bloques se quejaran de que sus sueldos estaban rezagados con respecto a los del Senado.
Esta reversión en la decisión de aumentar los sueldos de los senadores se produce después de la controversia generada en abril, cuando el Senado aprobó un incremento salarial significativo sin debate previo.
Ante las críticas públicas, algunos senadores anunciaron su intención de renunciar al aumento, aunque esto resultaba impracticable, por lo que la opción más viable era donar ese porcentaje de sus ingresos. Además, se intentó avanzar con un proyecto para unificar los sueldos de los poderes del Estado, buscando que estuvieran por debajo del salario del Presidente.
El posible aumento salarial de los senadores argentinos esta vez generó aún más controversia al situarse por encima de la inflación de abril, que fue del 8,8 %, en parte gracias al acuerdo de paritarias firmado por las autoridades del Congreso con la Asociación del Personal Legislativo (APL) y los gremios estatales ATE y UPCN.
Los incrementos en las dietas de los senadores están vinculados a los que recibe el personal legislativo, por lo que los líderes de bloque solicitaron que no se les aumente automáticamente los salarios este mes.