El Ejecutivo confía en que el índice de febrero caiga por debajo del 2%, pero el aumento de la carne podría jugarle en contra.
El equipo económico del Gobierno argentino implementó una estrategia para reducir la inflación mensual por debajo del 2% en febrero. Esta iniciativa se basa en un ajuste del tipo de cambio oficial, conocido como “crawling peg”, que ha sido reducido del 2% al 1% mensual desde este mes.
El objetivo es que una parte significativa de la canasta de precios que mide el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) comience a incrementarse al ritmo del 1%, contribuyendo así a la desaceleración inflacionaria.
No obstante, la reciente subida en los precios de la carne, que representa aproximadamente el 7% del Índice de Precios al Consumidor (IPC) general, podría contrarrestar los esfuerzos por contener la inflación. Durante la primera semana de febrero, se registró un aumento semanal del 1,5% en los precios de alimentos y bebidas en el Gran Buenos Aires, impulsado principalmente por el encarecimiento de la carne vacuna.
Este incremento tiene un impacto considerable en el indicador general, ya que se estima que por cada 10% de aumento en el precio de la carne, la inflación general se incrementa en 0,7 puntos porcentuales.
A pesar de este desafío, consultoras como Analytica proyectan una suba mensual del 2% en el nivel general de precios para febrero. Por su parte, LCG detectó en la segunda semana de febrero una leve caída de precios del 0,1%, atribuida a un retroceso en los valores de la carne y las verduras, lo que podría indicar una moderación en la tendencia alcista.